
Sumido en mis nuevas actividades de jubilado, sigo descubriendo en el prójimo las profundas debilidades del alma humana. Como la codicia.
Fui a comprar unos tornillos como los de la foto y me escandalice porque me cobraron 0,30€ por diez tornillos , es decir que salieron a 5 ptas. /unidad. Una pasada.
Como quiera que, con las multiples ocupaciones que llenan mi día, no terminé la tarea comenzada, hoy intenté reanudarla, busqué los tornillos por todas partes, pero no los encontré.
He ido a la misma ferretería, he pedido los mismos tornillos y cual ha sido mi sorpresa cuando esta remesa me la han cobrado a 0,40€, con ,lo que el tornillo asciende a la cantidad de 6,65 ptas.
Como disfruto de mi estado de jubilación hace apenas unos meses, aún no he desarrollado la impertinencia propia de la situación y de la edad, y no le he protestado al tendero.
Tomaré este abuso como una forma de penitencia para redimir mis muchos pecados en este tiempo cuaresmal.
Pero el malvado ferretero irá probablemente al infierno...aunque quizás, sea más seguro que vaya al Caribe de vacaciones. ¡Con lo que gana!