martes, 2 de agosto de 2011

Invento diabólico


Hay inventos, que por los perjuicios y daños que causan a la humanidad deberían ser públicamente condenados, así como sus creadores y todo aquel que haya contribuido y fomentado su distribución, instalación y disfrute, por decir algo.

El caso de las pilonas que proliferan por gran número de calles de Chipiona, es uno de ellos.
Ahora, en verano, con la gran afluencia de gente en las calles, la instalación de terrazas imposibles por parte de los bares y el incomprensible tráfico de vehículos por calles cuyas aceras están saturadas de mesas; el personal se ve obligado a deambular por la calzada, sin otra defensa ante el acoso de un vehículo que subirse, de un acrobático brinco, a la mesa de un bar, o al regazo de un/a client@.
Las pilonas son, por excelencia, no sólo el arma de destrucción de piernas a la altura de la espinilla, para peatones y camareros de terrazas, sino también un peligro manifiesto para coches y motos.
Prueba de ello, los restos de motocicleta que pueden apreciarse alrededor de la pilona de la foto, y las innumerables cicatrices que se aprecian en los bajos y costados de muchos coches.

Estos sucedanéos de aceras: "Orilla de la calle o de otra vía pública, generalmente enlosada, sita junto al paramento de las casas, y particularmente destinada para el tránsito de la gente que va a pie", según define el Diccionario de la RAE, es, sin lugar a dudas, un mal invento y por si por mí fuera, condenaría a su inventor/diseñador a ser golpeado de forma aleatoria, ora en la espinilla de la pierna izquierda, ora en la espinilla de la pierna derecha, al menos siete veces al día durante un lustro .
Pena similar a los ediles que permiten mesas en aceras de menos de tres metros de ancho, y se quedan tan panchos.



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