La esencia de El Chusco se esconde tras una apariencia de tasca, bodega, o bar, e incluso le llaman peña, pero es mucho más. Y seguramente diferente para cada uno de los que lo frecuentamos día a día.
En realidad creo que cada uno tenemos nuestro propio Chusco. Unos untado con la manteca colorá de las exposiciones del colectivo Espacio Vacío. Otros napado con el aceite y azúcar de las tertulias y conversaciones de "la Esquinita". Muchos relleno con la onza de chocolate de la Asociación de Belenistas, o con las ortiguillas y burgaos del tiempo de Carnaval.
En definitiva El Chusco se puede acompañar con lo que se quiera, depende de la época y el hambre que se maneje.
Habrá que empezar a hablar también de los marchantes y pupilos que lo frecuentan.
Ahí, hay tela pa cortar.
1 comentario:
Que buen chusco me comía ahora, acompña de gente linda como María y Compañía.
Besitos a los chusqueros.
Publicar un comentario