Durante éstas fechas hay que renovar los hábitos del alma, todos o en parte. Como mi alma está enquilosada por mor de la misma vida, creo más pertinente cambiar los malos hábitos del cuerpo, por ello he resuelto renunciar al colesterol, a sus pompas y a sus obras, en forma de hipercolesterolemia, y he comenzado a caminar todos los días una hora.
Esto no servirá de nada, si no consigo aplacar la gula ibérica, el apetito desenfrenado de comer jamón y otros productos del cerdo... ibérico.
1 comentario:
Creo que más de uno, vamos a tener que seguir tu ejemplo, pero no por el colesterol, sino porque nos estamos poniendo un pelín gordito y se nos ve, la cara por detrás como al “Guapito” pero, ¿Quién deja de visitar el “Pirli”, con la buena chacina que tiene? Jejeje…Un saludo…TONY
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