lunes, 29 de diciembre de 2008

El 48


No recuerdo exactamente qué me hizo dar ese paso, tomar tan arbitraria decisión. Tener ese exceso de confianza, en la casualidad, los hados, el destino, o lo que sea, que se nos despierta porque el número coincide con alguna de nuestras circunstancias vitales. Año de nacimiento, edad, hijos, barrunto, etc.
Pero lo cierto es, que hace más de quince años, que en cada uno de los más de 750 sorteos que ha habido hasta el día de hoy, he jugado el número 00048.
No me arrepiento del hecho de jugar. Es muy dificil que toque, pero es un dinero que gastas en tener la esperanza de que el sábado se te arreglaran muchos problemas. Después te desilusionas, y vuelves a recargar la ilusión comprando un nuevo décimo.
Mi desesperación no es otra, que estar encadenado fatalmente al número que nos ocupa.
Pero. ¿Quién de los mortales osaría romper la cadena y cambiar de número, desafiando las fuerzas del destino...?
Yo?... no!

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