En Roma una de las unidades más antiguas del Ejercito Imperial es la Novena Legión (Legio VIIII, escrito así). Data del año 58 a.C mandada por Julio Cesar en la Guerra de las Galias.
Fué la más distinguida en la campaña del 24 a.C y recibió el título honorífico de Hispana o Hispaniensis.
En el 43 d.C el emperador Claudio invade Britania y una de las cuatro legiones, que envía a su conquista es la VIIII, desde el citado año 43 a.C y hasta el 108 d.C la Legio Hispaniensis está batallando entre Britania, Germania y Dacia, algunas veces subdividida en unidades menores.
Lo último cierto que se sabe de ella es hasta este periodo del 108/109 d.C.
Lo que ocurrió después no está del todo claro. Algunos sostienen que fue aniquilada por los pictos en 117 d.C, aunque estudios posteriores sitúan unidades de la VIIII en Germania después del 121 d.C y se conocen nombres de oficiales de esta unidad en 143 d.C, por lo que cabe la posibilidad de que continuara en activo o bien, fuera absorbida por otro cuerpo de ejercito.
Lo que no nos queda ninguna duda es que era una de las unidades de élite del Ejercito Imperial, que fueron innumerables las victorias y los honores que consiguió a lo largo de su larga historia.
Todo lo anteriormente expuesto, en mi opinión, obliga, a cualquiera que piense escribir o hacer una película sobre esta unidad, su historia y sus batallas, cuando menos, a guardar un respeto histórico y no presentarla al público como si de los tarados romanos de Axterix se tratara.
Tampoco se pueden presentar a unos pocos de sus componentes como si fuesen un comando de supervivencia de nuestros días, en plan Rambo.De los Pictos ya ni hablamos, sanguinarios, traidores, mala gente.
Todo esto viene a colación por la película Centurión, otro ejemplo más del cine que, pudiendo, no sabe respetar la historia, sino que la vanaliza, la cambia y la insulta, con el consiguiente cacao mental que le produce al espectador.
