martes, 28 de abril de 2009

Teniente de Alcaldesa




La primera vez que oí el término "Teniente de Alcaldesa" fue cuando regía el Ayuntamiento de Chipiona una mujer. Me chocó tanto que pregunté a su responsable de protocolo sobre la idoneidad del sintacma. Me largó una perorata sobre lo correcto que era esta denominación teniendo en cuenta el sexo de quien presidía el Ayuntamiento. No me convenció en absoluto, sino que me pareció un intento feminista de rizar el rizo.

Estas cosas se quedan dentro de uno, no importa el tiempo que pase.

Hace unos días en algún medio de comunicación volví a oír el "teniente de alcaldesa", y volvió a molestarme como el primer día.

Mi teoría es, que si es correcto llamar a un teniente de alcalde "teniente de alcaldesa" por el hecho de que una mujer presida la alcaldía de un pueblo, cuando una mujer sea Coronela al mando de una unidad del Ejercito, todos los Tenientes Coroneles a su mando, deberían ser "Tenientes de Coronela", con el consiguiente cachondeo de la tropa.

Esta duda me corroía hasta el punto de necesitar consultar con un experto en el tema.

Decidí escribir a D. Pancarcio Celdrán eminente lingüista, conocido por sus charlas en RNE, exponiéndole el asunto.

Esta es la contestación que, a mi consulta, me envía el docto señor:

Estimado amigo, gracias por tu seguimiento y escucha. En relación con el asunto de tu consulta debo decirte que la tenencia de alcaldía es el referente que da sentido y acoge a la persona que ejerce el cargo de 'teniente de alcaldía', sin aludir al sexo de la persona que lo ostenta. Llamamos 'teniente de alcalde' a quien ejerce esa función, título que no tiene que ver con la personalidad y circunstancia del alcalde, ya que no es teniente suyo, sino de la alcaldía. ?La alcaldesa y su teniente de alcaldía Fulanito' sería un sintagma adecuado, como también lo sería decir: 'El alcalde y su teniente de alcaldia Fulanita...'. Los tenientes no son de la persona del alcalde sino de la función de alcalde, por lo que va vinculado en cuanto a cualquier aspecto del régimen gramatica, a esta figura. Teniente es término de valor ambiguo, dicho tanto del hombre como de la mujer: no debemos caer en el solecismo de decir 'tenienta'. En cuanto a 'alcaldesa', es voz correcta.
En mis últimos libros Hablar con corrección, y Hablar bien no cuesta tanto, hay cientos de casos de esta naturaleza convenientemente explicados.
Con mi aprecio:
Pancracio Celdrán

¡ Que descanso...!

domingo, 19 de abril de 2009

Calle Pozuelo

En el leve recodo de la calle, que da paso a la entrada de El Rastro, flanqueada por el mojon de piedra que impide el paso por éste callejon a todo lo que no sean viandantes, se hallaba el carro de manos, desvenciajado y herrumbroso, donde transportaban la sal. Dos hombres a pasos ritmicos , silenciosos y con el gesto de la fatiga en el rostro, cruzaban los escasos metros que separaban el depósito y el carro, cargando sobre sus espaldas fardos de cincuenta kilos de sal, que iban estibando en el carro, y que una vez completado el pedido, deberían arrastrar hasta el punto de entrega.

Pepe, alto moreno, delgado, un fino y cuidado bigote perfilaba su labio superior. En su mínima frutería, se esmeraba en colocar su mercancía lo mejor posible, dando un paso atrás, de vez en cuando, para ver el conjunto en la distancia, repitiendo una y otra vez su tic de apretar sus codos contra la cintura. Mientras , con su voz atiplada, saludaba y departía con las personas que pasaban esquivandolo a él o al monolito en su marcha desde la calle Pozuelo hacia El Rastro o viceversa.

La mañana era templada y primaveral, y en la calle empezaba a congregarse personal haciendo cola en la acera, junto a la puerta del almacen de ultramarinos, esperando a la Señora Condesa. Santi, el almacenero, se preparaba para la avalancha, cortando cundis que después rellenaría con aceite, manteca, mortadela… a gusto del consumidor y que pagaría la aristocrata, a la vuelta de misa, en su obra de caridad diaria.

Una recua de burros cargados con sacos de picón arribaba a La Posada, meta final de un viaje que habría comenzado sabe Dios cuando y en que parte de la Sierra de Cádiz.

Pepa y yo, sentados en el suelo del balcón, con las piernas colgando entre los barrotes de la baranda, lo mirábamos todo, mientras comíamos una rebanada de pan con aceite y azúcar.

viernes, 17 de abril de 2009

El Faro mas alto...


de España


...tercero de Europa


y quinto del Mundo, 69 metros ...


...está en Chipiona.

lunes, 13 de abril de 2009

Colaboracion especial


Mi amigo Mamé me envía para su publicación esta foto y el texto que sigue, espero que os guste.


“ESA ESQUINITA”



Esa esquinita que tanto quebradero de cabeza trajo a más de uno….. esa esquinita que al igual que la movida madrileña, pero a nivel local y a menor escala, no fue más que un fenómeno social y por supuesto no se puede explicar, si no estuviste dentro y aún así, no tenías la sensación de formar parte de ella.

Y como si del café Gijón se tratase allí se daban citas políticos, artistas locales, periodistas, ecologistas, profesores, la gente de la radio, las del mundo del carnaval, algún que otro pirata y la fauna más diversa; que se mezclaban con los parroquianos de toda la vida, que se resistían a llamar a “La Bodega de Valdés” como “El Chusco”.

La nominación de “La Esquinita” fue de la invención de un gobernante de la época, que en más de una ocasión nos acusó de ser uno de los causantes de sus problemas, cosa que nunca ocurrió porque no era nuestra intención , ni estilo de actuar, todo eso sucedió entre los últimos años 80 y finales de los 90.

Todo se germinó sin darnos cuenta poco a poco, como a un imán se fueron acercando todos sus miembros a pesar de las distintas ideologías de los mismos, lo que si teníamos en común, eran las ganas de realizar ideas y proyectos culturales y festivos en nuestra localidad, y sobre todo divertirnos.

Atrás quedaron programas de radio y televisión, la creación de una sala de exposición, de un fanzine, de las cruces de mayo, de portales de Belén, presentaciones de discos y libros, conciertos, romanceros de carnaval y un sinfín de actividades más, que muchas aún perduran con gran éxitos.

Para los que quieran saber, “La Esquinita” no ha desaparecido, simplemente se ha diluido con el tiempo y no hay que recordarla con añoranza ni nostalgia, pero eso si, no olvidar que para algunos formó parte de “nuestras vidas”, pero no darle más importancia de la que tuvo, ni magnificarla ni mitificarla, sólo existió, fue un gran punto de encuentro, “La Esquinita” no la mató nadie ella se dejó morir, aunque algunas veces el demonio hace milagros….. Pero no hay nada mejor que un paraguas para un chaparrón.


MAMÉ VALDÉS

miércoles, 8 de abril de 2009

Ines



En mi infancia, uno de los prolegómenos de la Semana Santa, eran los penitentes de papel que vendía Ines en su casa/tienda de El Rastro, junto a las chucherías de la época, pipas, regaliz, martillos de caramelo, algarroba molida....
Los penitentes tenian la capa y la túnica de papel de seda, plisado y el capirucho de papel acharolado de diferentes colores. Trataban conseguir las combinaciones de las hermandades mas importantes. Azul y blanco, rojo y negro, rojo y blanco... Todos tenian las manos, y un cirio en una de ellas, de carton. Casi siempre podías adivinar la procedencia del carton ya que en el dorso había letras y restos de escudos de marcas de tabaco.
Para mí, Ines era enorme, una anciana ya torpe, con falda y delantal grises y hasta los pies. Su cuchitril, con el aspecto mugriento de la época , lo compartía con un indeterminado numero de gatos y una sobrina, nada agraciada. En él se respiraba una desagradable mezcla de aromas, humedad, comida, humanidad y gatos.
Por lo que, pasados los primeros momentos de la novedad del juguete, venían a mi mente muchas y preocupantes preguntas y suposiciones, sobre la higiene del preceso de fabricación, que me hacian abandonarlo, a causa de mi hipocondria, seguramente.



¿Quien le iba a decir a Ines que iba a ser precursora de una industria, cuyos ultimos modelos aparecen en la foto?