Últimos días de abril y parece que el tiempo ha querido recordarnos que, aunque hace unos días, nos moríamos de calor, debemos permanece helados ante la situación económico política en la que nos han metido.
De momento nadie sabe o no quiere saber como sacarnos del atolladero y nos piden: Paciencia.
No creo que, en su falta de conexión con el pueblo, los políticos que nos gobiernan sepan claramente en que estado están las economías familiares de los españoles, no se puede pedir paciencia al banco que reclama el pago de la hipoteca, ni tampoco a la compañía de electricidad o a la del gas., ni al carnicero, pescadero o al Corte Inglés.
Sin embargo si llevamos un tiempo pidiendo paciencia a nuestros hijos y a nuestros mayores.
A unos les retrasamos los yogures y bocatas de sus comidas, de forma, que en vez de hacer tres cada veinticuatro horas, las hagan cada treinta y seis, por ejemplo.
A los otros los hemos sacado de la residencia donde eran atendidos, porque es mejor que su escasa pensión engrose el montante económico mensual de la familia, y a cambio su atención ahora es mala o inexistente.
De momento los políticos están teniendo suerte, ya que se esta acabando casi todo, menos la paciencia.
No quiero ni pensar el día que ésta se acabe, y como van las cosas, ese día no tardara en llegar.